
Ken chu shi es la vida misma libre de sus paradojas intelectuales o, más
bien, incluye sin separación ni diferencias o, mejor, en forma total, todo lo intelectual, afectivo o de
connación. Es el mundo tal como lo tenemos con todos sus “meros hechos” como los toman algunos
filósofos, que se nos enfrenta irrevocablemente. El hombre dedicado al zen ha “puesto sus
pies” (shi) justo en ellos. Su verdadera vida empieza aquí. Éste es el sentido del Ken chu shi “ha
entrado ahora en medio de las dualidades (hen). Aquí de hecho, con toda realidad, empieza la vida
de amor (karuna) del hombre dedicado al zen.

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