jueves, 29 de octubre de 2009

Esperanza y destructividad

Por lo general, la reacción destructiva provocada por la esperanza destrozada suele
encontrarse entre aquellos que, por razones económicas o sociales, se hallan excluidos de
las comodidades de la mayoría y no tienen sitio qué ocupar social o económicamente. No
es, sobre todas las cosas, la frustración económica la que conduce al odio y la violencia. Lo
que lleva a ésta y a la destructividad es la falta de esperanza de la situación, las promesas
rotas siempre repetidas. En efecto, hay pocas dudas de que los grupos que sufren tanta
privación y maltrato, que no son capaces siquiera de sentirse sin esperanza debido a que no
tienen idea de ella, son menos violentos que aquellos que ven la posibilidad de la esperanza
y, sin embargo, reconocen al mismo tiempo que las circunstancias hacen imposible su
realización

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